la importancia de usar pijama

Hace un frio del carajo aqui en Cambridge, ayer mismo 8 graditos bajo cero, que se dice pronto. Imaginaos las calles blancas por el hielo, la cadena de la bici congelada y las ventanas llenas de vaho, asi que ayer, miercoles, decidi que no me movia de casita, e idee un plan para entrar en calor: poner la heating on (encender la calefaccion en cristiano) darme un bañito caliente, con burbujas y aceite de jazmin, que mola mas, y meterme en la cama bajo el edredon. Hasta aquí todo suena bien, pero en el momento de meterme en la cama la jodia sabana se empezo a reir de mi, parecia un iglu aquello, y me dije, quedate quietecica y asi se calentara un poco, y funciono, hasta que me senti incomoda y quise cambiar de postura, y la jodia sabana se volvio a reir. Ingenua de mi crei que con una camisetilla de tirantes y un short de esos que me compro yo para proteger un poco el torso y las partes nobles (o innobles, segun se mire) seria suficiente, y de esta guisa a la camica que me volvi, pero nada oye, un frio horrible, vamos, que en vez de dedos tenía témpanos, y me fui a buscar la manta del sofa, esa que Miriam se encontró en un hotel de mochileros en Londón, pero que despues de bien lavada hace buen papel, y que ni aun asi entraba en calor, y emperrada yo como estaba a no usar el pijama mas que para estar por casa, pero nunca dentro la cama, probé a poner una bolsica de esas de poner en el micro en los pies, pero nada, al final me tuve que levantar y hacerme con uno de esos pijamas grandotes y nada seductores que mi mami me regala una navidad sin otra y unos calcetines de lana amorosica, y de esta guisa pude por fin dejar de tiritar. Eso si, incomoda estaba un rato, porque claro, la pernera no se queda tal cual, no, se sube y se mueve, y a cada vuelta que das la parte de arriba, que antes llegaba a la cadera ahora esta por la cintura, con lo que no quita el frio para nada.

Conclusión de todo este rollo: para no tener que usar nunca pijama, no vivas en Cambridge, UK.